EL
MUNDO
9 enero
2017
Pelayo Álvarez
La ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados en el
ámbito del reconocimiento facial, pero a veces a los investigadores se les van
de las manos los avances.
Tres
científicos chinos de la Universidad Jiao Tong de Shanghai se han propuesto usar la tecnología para adivinar
cómo es la personalidad de las mujeres simplemente utilizando las fotografías
de sus rostros. En definitiva, están enseñando a los ordenadores a hacer algo
muy humano: juzgar a los demás por su apariencia física.
Con ese
objetivo están llevando a cabo un estudio llamado Automated
Inference on Socyopsychological Impressions of Attractive Female
Faces (Inferencia Automatizada de las Impresiones Sociopsicológicas respecto a las Caras de Mujeres
Atractivas). Lo que hacen exactamente es servirse de la visión computacional y
algoritmos de aprendizaje automático para predecir los "rasgos de
personalidad y predisposición conductual", es decir, instruir a las
máquinas para que presupongan características psicológicas y del comportamiento
basándose en imágenes de mujeres.
Para
realizar su particular análisis, han rescatado de la red social china Baidu casi 4.000 instantáneas de mujeres. Las fotos han
sido divididas en dos grupos según las palabras o comentarios asignados a las
mismas. El primer grupo de imágenes estaban vinculadas a términos como dulce,
bonita, tierna o cariñosa. El segundo ligado a adjetivos como pretenciosa,
pomposa o arrogante. "Las dos clases de fotos de caras femeninas reflejan
los juicios de valor que prevalecen entre los jóvenes varones de la China
contemporánea", aseguran.
"Un
rostro femenino no conocido puede ser juzgado como físicamente hermoso y, sin
embargo, diferentes observadores pueden asociar esta cara a connotaciones de
aprobación o desaprobación, usando etiquetas o estereotipos", explican.
La naturalidad de los rostros
La
conclusión de esta división es que las mujeres del segundo grupo (el de las
pretenciosas y arrogantes) parecen "antinaturales". Eso llevó a los
investigadores a analizar el contraste y la saturación como una forma de
detectar un maquillaje intenso. Así comprobaron que las imágenes del grupo de
chicas catalogadas como tiernas y dulces tenían un 13,84% menos de contraste de
color y un 4,85% menos de saturación que las otras. La razón es que la
naturalidad sería valorada como una preferencia estética dentro de la cultura
china y eso influiría notablemente en los comentarios.
En
definitiva, hay que decir que el estudio no demuestra lo que realmente
pretendía demostrar. Sólo predice cómo los jóvenes del país mandarín juzgan a
una mujer según la cantidad de maquillaje que utiliza, sin que eso pueda
vincularse objetivamente a su comportamiento. Pese a ello, los investigadores
aseguran que su trabajo ha demostrado "una vez más el potencial del
aprendizaje automático supervisado en la computación y cognición social
inducida por las caras".
Se
trata de la segunda investigación del grupo en el ámbito del reconocimiento
facial. En la primera trataron de comprobar la propensión criminal de algunos
sujetos según su apariencia. Aseguran que, con este estudio, su secuela, ha ido
"un paso más allá" en el ámbito del reconocimiento de imágenes.